Muchas coincidimos en que este año hay poco que celebrar y mucho que reivindicar. El gobierno de PP, con la excusa de la crisis, ha desmantelado todas las políticas de igualdad. Sus recortes sociales están afectando muy especialmente al colectivo de mujeres. Podemos hablar de feminización de la pobreza y no es dramatizar.
En la actualidad siete de cada diez mujeres españolas desean tener un empleo remunerado que no tienen. En España hay ocho millones de pobres, de los cuales la mayoría son mujeres. En términos generales, la voluntad de deshacernos de la pobreza se ha convertido en una quimera. Somos el segundo país de la Unión Europea con mayor índice de paro femenino. Así las cosas celebramos el 8 de marzo con este eslogan «Empoderando a las Mujeres, empoderando a la Humanidad: ¡Imagínalo!». Pero esto no es suficiente y las plataformas de mujeres añadimos ocho retos.
Primer reto, conseguir la conciliación laboral y familiar, dos romper la brecha salarial. Los informes realizados al respecto nos dicen que los hombres ganan más sueldo; además la desvalorización del trabajo femenino está creciendo de manera alarmante con la excusa de la crisis. Aumenta, por tanto, el porcentaje de mujeres en situación de riesgo de pobreza o exclusión social.
El tercer reto es la lucha contra el techo de cristal, es decir esa limitación oculta que nos impide el ascenso laboral en las empresas, en las organizaciones y que nos impide seguir avanzando. Es invisible pero dañina. Y la pregunta es, si tenemos el mismo mérito, ¿Por qué no tenemos la misma representatividad?
Luchar contra la precariedad laboral, es el cuarto reto. Contratan menos mujeres que hombres. En España las mujeres trabajamos en peores condiciones que los hombres. Crece la contratación a tiempo parcial y disminuye la contratación a tiempo completo e indefinida para nosotras. El riesgo de pobreza de las mujeres españolas es un 12% superior que el de los hombres,
El quinto reto es equilibrar la economía de los cuidados. Las mujeres accedemos a las prestaciones de protección social en menor medida e inferiores cuantías que los hombres. Tras las medidas anticrisis, el acceso empeora y el empobrecimiento aumenta. Eso quiere decir que nos alejamos cada vez más de los objetivos marcados por la Estrategia Europea de Empleo
Finalmente el reto de luchar contra la violencia machista, el acoso callejero y los estereotipos sexistas completan los desafíos propuestos para este año.
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, conmemora la lucha de la mujer por su participación social en pie de igualdad con el hombre. En la actualidad frente a la pertinaz pobreza de las mujeres desde España se reivindica la necesidad de que se amplíen las políticas sociales. Lo contrario sería negar la dimensión reivindicativa y emancipadora de este día con nombre de mujer.