Canoas de madera donde entra y sale el agua libremente. Con ellas había que cruzar 8 kilómetros de lago. Aguas llenas de nenúfares e hipopótamos.
Subimos las cinco viajeras-cooperantes, más dos guías. Alguien nos había contado que una extranjera murió en ese lago y fue devorada por estos orondos mamíferos de cara simpática . Eso nos hizo dudar..
Pero en África las dudas se echan a cara o cruz. O ni eso. Una se arrepiente de lo que no hace, no de lo que hace.
Con los pies mojados por el agua que entraba en la canoa, nos adentramos en el lago. Un milagro que la barcaza avanzara , pero en este continente los milagros existen.
Y sino, se inventan para seguir con la expedición y encontrar lo que se anda buscando, lo que impulsa a seguir el viaje.
El tiempo no estaba a nuestro favor, los hipos salen a primera hora de la mañana y nosotras llegábamos más tarde.
Los objetivos de las cámaras no pudieron captar los movimientos salvajes de estos simpáticos animales dentro del agua, sus grandes ojos saltones asomándose.
Estaban tan cerca…Pero jugaban con nosotras al escondite y no los vimos.
Yo los soñé así , como son, como se ven en esta imagen que he tomado prestada.
Es la única de este blog que no es mía. Pido disculpas de antemano, pero alego a mi favor la carencia informativa en el relato. Como no mostrar esta imagen??. Que van a decir mis hijos??
Es como ir a la fuente y no traer agua…
Lastima… Estaban tan cerca que podíamos sentirlos.. Pero nos guardaron las distancias.
Quizá fue su estrategia para hacernos volver.
Si te interesa África, sus gentes, su cultura, la manera de expresar sus emociones, sus colores y los sentimientos que desprende quizá te guste este BLOG