La nueva realidad que dibuja el mercado laboral nos va a sorprender tanto que inevitablemente, casi por supervivencia, vamos a tener que cambiar nuestra manera de trabajar e incluso de pensar. Escuelas Profesionales, Universidades, Institutos y Colegios van a tener que preparar personas capaces de enfrentarse a la adaptación al cambio, la flexibilidad, la orientación al logro y la clara tolerancia a la frustración.
‘Las competencias de las personas van a jugar un papel muy importante, dice Vanessa Fernández, técnica de orientación laboral y ocupación, especialista Máster En Coaching, Gestión Emocional y Mindfulness en ENEB – Escuela de Negocios Europea de Barcelona. ‘Las cosas cambian, los perfiles cambian, y las necesidades en las empresas se van a ver modificadas por el nuevo entorno en el que nos movemos. Un factor importante para los nuevos nichos de mercado, van a ser las competencias digitales, que si bien, llevan tiempo ya con una tendencia al auge, ahora se posicionan como imprescindibles’
En clave laboral la transformación será permanente tal y como apuntan la mayoría de los expertos, aunque el trabajo remoto no será ni una contingencia ni tampoco una tendencia que termine por ser desterrada. Las nuevas oportunidades laborales se están detectando en los sectores de primera necesidad, los puestos de cuidados, el importantísimo papel del personal de logística, el en ocasiones invisible a la vez que imprescindible personal de limpieza, el personal del sector alimentación, de supermercados… son servicios esenciales, y sin ellos, la economía se habría detenido de forma absoluta.
No obstante, las profesiones que se van a incrementar considerablemente en la nueva realidad son las y los especialistas en robótica, ciberseguridad y blockchain; especialistas en marketing digital y programadores. En el área de salud se buscan técnicos en genómica, investigación de fármacos, vacunas, biotecnología e inteligencia artificial.
En cuanto al polémico teletrabajo no es ningún secreto que hoy por hoy juega un factor importante, pero a corto plazo. Todos los puestos de trabajo que hasta la fecha creíamos que de forma imprescindible se debían prestar en modo presencial, ahora muestran una oportunidad estratégica para las empresas, a la vez que necesaria. ¿La cuestión es, ha venido para quedarse? La evolución de la pandemia tiene la palabra.
En estos momentos y sin necesidad de utilizar la bola de cristal podemos ver una gran demanda de profesionales en las áreas sanitarias, en todas sus vertientes, en educación, y en todos los ámbitos de alimentación y suministro
¿Pero qué habilidades van a cotizar al alza en la nueva realidad? La adaptación al cambio es una competencia que se ha manifestado como imprescindible en los actuales procesos de selección.
‘Las competencias transversales de las personas ocupan la prioridad de las áreas de RRHH, valorar de que son capaces las personas, como resuelven los problemas, que pueden ofrecer ese es el objetivo de las entrevistas laborales, Atraer y retener el talento, es el gran reto al que nos enfrentamos, pero saber identificarlo para ello va a ser la prioridad. Por otro lado, las competencias digitales, vinieron, y se han quedado, y cada vez juegan un factor importante en la descripción de los perfiles, dice Vanessa Fernández.
Nos estamos convirtiendo en personas digitalizadas, nuestro entorno está digitalizado, y debemos adaptarnos a él, para poder mantenernos en el mercado laboral, sin ofrecer resistencia, y asumiéndolo como un cambio necesario. Una vez más la pregunta es inevitable ¿y nuestros jóvenes? ¿A qué escenario se enfrentan las mujeres y hombres del futuro? Ellas y ellos ya están viendo un escenario distinto, Las competencias requeridas no se basan en las aptitudes, sino en actitudes. Saber si existirá trabajo para todos/as, dependerá de la capacidad como sociedad que tengamos para crearlo, identificarlo y mantenerlo, y para ello, debemos ser flexibles y tener una actitud proactiva para el aprendizaje. Si el mundo cambia, ¿cómo no lo vamos a hacer nosotros.
Sin un guion previo en el que basarnos para vivir en la nueva realidad del mercado laboral abrimos un nuevo interrogante, ¿cómo se va a transformar el mundo laboral post Covid o como debería dibujarse para que quepamos todas y todos? ‘La fórmula exacta no la tenemos, pero sabemos que el modelo económico y social actual, no está funcionando, La precariedad, la poca estabilidad, y las dificultades de movilidad y acceso a los puestos de trabajo, son barreras y condicionantes que están impidiendo que los/as profesionales no accedan a los puestos. No somos capaces de crear empleo estable y de calidad que permita la inclusión plena de las personas en la sociedad, que dé cabida a nuestros/as jóvenes, y que de oportunidades a nuestros/as seniors’
La realidad post-covid nos obliga a redibujar el empleo. La ocupación debe favorecer el aprendizaje desde dentro y con acompañamiento, para poder crecer como sociedad y económicamente, y para este escenario, juegan un papel importante el tejido empresarial y las políticas de empleo que favorezcan este escenario de cosecha. Una vez más construir e integrar y no destruir o excluir.
¿Pero qué economía lo hará posible? Sin duda necesitamos un sistema económico al servicio de las personas, y no las personas al servicio de la economía. Necesitamos modelos económicos, donde la persona sea el foco principal, donde el empleo no sea un sueño inalcanzable para algunas, sino la herramienta que consiga hacer crecer ese nuevo modelo, la globalización ha traído cosas buenas y malas, el comercio de proximidad se ha visto dañado por estos sistemas, y se ha visto la necesidad de la existencia de él en situaciones críticas.
Si algo ha puesto de manifiesto esta situación de alerta sanitaria, es la propia vulnerabilidad de la persona, así que si no iniciamos un proceso de construcción de nuevo escenario donde la persona sea el epicentro, no conseguiremos crecer como sociedad.