Ella marchara al trópico boliviano en busca de su sueño.
Norma la niña de ojos negros que nunca te mira de frente, que solo lo hace a a hurtadillas, con vergüenza.
La vergüenza que alguien le enseño a tener por ser pobre e indígena.
Norma cuida de sus tres hermanos menores y también lo hará del que viene en camino.
Ella quiere huir.
Sorda en las clases, muda ante los adultos y siempre apática, como ida.
Observándola, una se pregunta donde andará la cabeza de Norma, en qué lugar lejos de su casita de barro.
Su corazón no late igual que el de una niña que empieza a ser mujer. Late más bien atrapado, sin ritmo, casi sin vida.
Y sus ojos te cuentan la amargura de la desesperanza.