EL YOGA ES FORMATIVO, CREATIVO, TE HACE CRECER. PRACTICAR YOGA ES SER UN SER EN EL MUNDO

Conchita Morera es una de las personas más formadas del panorama internacional de yoga. Graduada en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y experta en Lenguas de India e Irán, es profesora de Yoga desde 1983 y formadora.

Fue alumna de Manuel Morata, Nil Hahoutoff, de quien sigue la línea de trabajo, continuada por Svami Satyananda Saraswati de Munger (Bihar-India) y Patrick Tomatís. Estudiosa del sánscrito y de las religiones comparadas, realiza cursos de posgrado y máster sobre diferentes temas relacionados con el desarrollo interior de la persona.  Desde 2018 es presidenta del Comité Pedagógico de AEPY y responsable de contenidos en la revista YOGA de la asociación.

. – Conchita, ¿cómo llegó el yoga a su vida?, ¿cómo fue el acercamiento a esta práctica y por qué decidió ser profesora y formadora de yoga? 

Desde muy niña he tenido inquietud espiritual. Recuerdo que con 9 años fui a Francia a estudiar en un internado, muy cerca de Lourdes y la soledad me llevó a la interiorización, aprendí a reflexionar, a meditar.  Con 17 años ya escuchaba a Ramiro Calle con mucha atención e interés, ahí empezó a despertar mi curiosidad por el yoga. En aquella época estudiaba la carrera de Derecho en la Universidad, pero pronto entendí que eso no iba conmigo. Me busqué un trabajo para independizarme y empecé a asistir a clases de yoga, mi profesor fue Manuel Morata.  A los dos o tres años de formación dejé mi trabajo para dedicarme al yoga en profundidad. Eran los años 80.

. – ¿Qué ha significado el yoga en su vida?

Para mí el Yoga es todo, es una forma de vida. No creo que se pueda desvincular la práctica del yoga de cómo eres y de cómo vives. En mi caso es mi vida.

. – ¿Qué le ha aportado el yoga? 

Madurez, no mental, que ya la tenía, siempre he sido un poco vieja. Me ha dado más estabilidad, valentía, me ha hecho fuerte, me ha puesto un orden, una disciplina, me ha ayudado a ser fuerte en la vida.

. – En su vida hay una situación complicada en el área de salud a raíz de una enfermedad grave, que usted supera gracias al Yoga. ¿Nos podría contar sobre esta experiencia?

Sin el yoga no hubiese superado esta situación de absoluta gravedad y desesperación. Cuando un equipo de especialistas médicos te dice “te queda un mes de vida, te estás muriendo, no tienes esperanza”, te das cuenta del poder de la fe espiritual. Esa fe fue determinante porque generó en mí una resistencia sobrehumana. Pese a estar en un tratamiento médico muy duro, la práctica del yoga y la fe espiritual me dieron la vida. El yoga hizo el milagro

 

. – Sin duda, usted lo consiguió, superó su cáncer mortal. Recuerdo que en un Congreso de Yoga compartió la experiencia en una ponencia abarrotada de practicantes de yoga que acudieron a escucharla. ¿Se ha planteado escribir un libro sobre esta experiencia que pueda servir como un faro de esperanza para muchas personas?

De momento no, no sé si lo haré algún día, quizá más adelante… No lo descarto, pero tengo una cosa muy clara, si me pusiera a escribir toda esta experiencia lo quiero hacer con la certeza de que dé luz. Huyo de la superficialidad, del sensacionalismo, quiero transmitir con sabiduría y respeto, quiero transmitir esperanza y el valor de la disciplina, el orden y la fe espiritual. 

. – Usted habla de espiritualidad, del poder de creer, de tener unas creencias. Le pregunto ¿yoga y espiritualidad van unidos? Contésteme como experta, desvinculándose de lo personal.

El Yoga es una herramienta que se adapta a cualquier religión. Cierto que tiene una conexión con el hinduismo, pero eso no es determinante. No porque seas yogui has de ser hinduista, cristiano, protestante… La espiritualidad es una condición del alma, del espíritu de la persona.  La meditación humana está destinada a pedir y la fe es la certeza, la demostración real de algo que ocurre en tu vida. La fe es un don que se trabaja, es la respuesta a una llamada, pero tú has de buscarla y en esa búsqueda llegas a la certeza. Y todo esto está englobado por una fuerza superior, la fuerza del amor.

. – Le voy a hacer una pregunta que le parecerá muy simple, pero que la mayoría de las personas que se interesan por la práctica del yoga se la hacen, ¿qué es yoga y qué no?

Soy consciente que hay mucho “circo” en este tema, en la actualidad se vende como yoga prácticas que no lo son en absoluto y eso confunde. Para discernir, yo siempre les digo a mis alumnos que se fijen en la vida que lleva el profesor, el maestro, si es o no coherente con la práctica del yoga, qué formación tiene. 

Y luego hay un detector importante, la inmediatez. La inmediatez es contraria al yoga, sencillamente porque el yoga no es un producto. El yoga es disciplina, constancia, meditación y eso no se consigue en 10 minutos.  

De hecho, hoy a los profesores de yoga se les exige dos cosas muy importantes, la integridad y la autenticidad; el yoga no puede disfrazarse. Estas dos cosas están por encima de los ejercicios físicos que son una herramienta.

 

. – Finalmente, ¿cómo ve el futuro del yoga, pasada una pandemia como el COVID 19 y con las crisis actuales, usted cree que existe en la sociedad actual interés por el yoga? 

Es cierto que el COVID supuso el cierre de muchos centros de yoga y ha servido para desenmascarar la auténtica naturaleza de los profesores de yoga. Como todas las crisis la pandemia ha tenido su parte de aprendizaje y la verdad es que ha puesto luz en esa falsa publicidad del yoga

Esa autenticidad de la que hablo ha hecho que hoy profesores y alumnos estén más comprometidos y hay más calidad.  Menos practicantes, pero más comprometidos. En medio de esta crisis del materialismo y de tantas carencias, la gente busca encontrar su sitio y algunos se ponen en sintonía con lo trascendente. 

El yoga no es hacer gimnasia, el yoga es formativo, creativo, su práctica te hace crecer. Con el yoga, la inteligencia se desarrolla, la conciencia se libera. Como formadora, creo firmemente que la función de los profesores no es hacer posturas. 

En el presente y de cara al futuro, esto se va a ver con claridad, igual que muchos van a entender que el yoga es compromiso social, es justicia social. Es ser un ser en el mundo.

……..

Oir a Conchita Morera es entender, aprender y ver. Comprender el mundo a través del yoga y vivir en él como un ser espiritual con el todo. La entrevista acaba, pero las ganas de escuchar a un ser tan íntegro, a un maestro del yoga, continúan. Con ella, el futuro del yoga está lleno de vida

estherroig

Periodista, interesada en temas sociales Fundadora y presidenta de la ONGD MENUTS DEL MÓN, www. http://www.menutsdelmon.org/. Gerente del Centre Intercultural , www.http://centreintercultural.menutsdelmon.org/

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